22.4.09

Cuento 4.- La confusión de Die

Kyo estaba durmiendo en el sofá, y había dejado su móvil en una de las mesas, Shinya se había ido a comer algo a la cafetería y Kaoru estaba muy entretenido con su iPod, ¿Y Toshiya? Bueno, el había desaparecido en cuanto inició el descanso, él único que se encontraba aburrido y sin hacer nada era Die.

—Bueno... algo debería entretenerme.— susurró, mirando a su alrededor. Los juegos de video ya los había jugado, y el billar era aburrido si no había contrincante, igual que el pin-pon.

Al cabo de un rato, había analizado cerca de quince juegos distintos, pero todos se jugaban con un mínimo de dos personas. Finalmente llegó a la conclusión de que, necesitaba reírse de alguien, pero Shinya no estaba... Buscó en su agenda hasta que recordó que, la única persona que tenía el número del móvil del baterista era Kyo, y... Die dudaba que Kyo le ayudara o aceptara hacerle una broma al baterista.

La única solución era... robar el número. Miró al vocalista, estaba profundamente dormido... no había peligro, aparentemente.

—Bueno, si se levanta... sé que Kaoru ya le puso la vacuna anti-rabia.— se consoló, mientras buscaba en la agenda telefónica de Kyo. Al cabo de un rato, lo encontró. —¿”Baka-Shinya”?—

Algo confundido de que Kyo hubiera registrado así al baterista, se dio prisa en pasar el número a su propio móvil.

—Muy bien... que comiencen las bromas.— se sonrió de forma traviesa, antes de marcar el número.

Una vez que se oyó el tono, y que contestaron comenzó la broma.

—Hola, buenas tardes.— saludó Die, con cortesía, distorsionando un poco su voz para que no la reconociera. —Tú no me conoces... pero yo a ti si Shin-chan.— dijo con voz rasposa.

—¿Enserio?...— dijo él otro, conteniendo una risa maliciosa.

—Sí... incluso sé que estas almorzando en la cafetería de Farewell en este momento.— Die sonrió malicioso.

—¿Farewell?... Escucha, no sé quien eres y no me interesa, pero no molestes.— gruñó.

Die estaba algo anonadado, primero... la voz de Shinya sonaba muy diferente por teléfono a como sonaba en persona, y estaba apunto de seguir con la bromita, cuando vio entrar al baterista y notó que no traía ningún móvil en la mano, pero la llamada aún no se cortaba.

—Eh... creo... que me equivoqué de número.— se disculpó con torpeza.

—¡Obviamente!... ¡Dejen de jugar con el móvil de Tooru!— gruñó, colgando bruscamente.

—Si.. claro.— dijo, aun medio impresionado antes de colgar y eliminar el número de su memoria. Definitivamente no iba a volver a usar el teléfono de Kyo para hacer bromas... aunque... —¿Cómo sabía ese sujeto el nombre real de Kyo?—

—¿Qué sujeto?— preguntó el aludido.

—¡Nadie!— gritó Die, antes de alejarse de un confundido y adormilado vocalista.

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