Cuento 2.- El trauma de arroz.

10 a.m. ¿Temprano, no? Eso era lo que Kyo pensaba mientras iba caminando por el departamento. Acababa de alimentar a Puchi y Buchi, y, comenzó a divagar en sus cosas hasta que, al pasar por la cocina, un olor peculiar lo alertó del peligro.

—¿Shinya?— preguntó, deseando que su sentido del olfato le estuviera jugando una broma.

—¡Tooru!— gritó Kirito desde la cocina, asomándose apenas. —Estoy terminando de hacer el desayuno, ve a la mesa.— sonrió con una sonrisa de lado, señalándole la dirección.

Después de aquellas palabras, y con un mohín en la cara Kyo fue hasta el comedor, y se sentó en la mesa, a la espera de que Kirito llegara. Al poco rato Kirito entró con el desayuno.

—Creo... que tenemos que hablar seriamente.— dijo Kyo, con su labio inferior temblando al ver a Kirito aparecer. —¡Es que esto no es normal Shinya!—

Kirito lo miró dudoso, aún parado frente a él.

—Pero... Tooru, esa katana me la regalo el Staff, ¿recuerdas?, Siempre ha estado aquí.— sonrió nervioso, tratando de convencerlo.

—No, eso es normal.— cortó, haciendo suspirar aliviado al otro. —¡Yo hablo de eso!— elevó la voz, señalándolo.

—Pero... Tooru, esa tortuga fue regalo de Kohta.— volvió a sonreír de lado.

—No, eso es normal.— suspiró. —¡Yo hablo de eso!— volvió a señalar el objeto.

—Pero Tooru... ese taladro siempre está aquí.— gimió horrorizado.

—No, eso es normal.— gimió, rendido.

—¿Entonces qué es?— preguntó, sentándose por fin, poniendo los dos platos en la mesa.

—¡Por qué siempre tenemos que desayunar arroz!— gritó, perdiendo la paciencia. —¡No conoces la variedad!— preguntó en un grito, dándose por vencido.