22.4.09

2.- El cuaderno

En el cielo se veían miles de colores, pues el sol se empezaba a ocultar y en el único vagón vació del metro iban cinco chicos, dos de ellos discutiendo, mientras el resto simplemente les veía.

—¡Lo hiciste apropósito!— gruñó Toshiya desde su lugar.

—Y si así fue, ¿qué harías?— la voz de Kyo era retadora.

—¡Cínico!— chilló Toshiya.

—Dejen de pelear, o los tiro del vagón.— gruñó Die, perdiendo la paciencia.

Tanto Kyo como Toshiya miraron a Die amenazadoramente, para después mirar a Kaoru que simplemente dijo.

—No te entrometas, Daisuke.—

—Pero, me están destrozando los tímpanos y los nervios, líder.— gruñó en reproche —En especial Toshiya.—

Kaoru lo miró con mala cara, y Die guardó silencio, lo que hizo sonreír a Kyo y a Toshiya con victoria, pero Kaoru habló antes de que volviesen a pelear.

—Tooru.- habló Niikura con seriedad y firmeza. —Murata Shinya, no será tuyo.—

Tanto Kyo como Toshiya miraron al líder. Él primero sorprendido porque había sido llamado por su nombre.

—Si hiciste esto, como dijo Toshiya, por obtener a Murata.— continuó, sonriendo malicioso Kaoru, —No funcionará. Les dije que se alejen de él.—

—Haber, déjame entender, Kyo se hizo eso sólo para que le regales al chico nuevo?— la incredulidad en la voz de Die era demasiada.

—Si no lo quieres para ti, ¿por qué nos lo niegas?— preguntó Toshiya, ganándose una mirada fría de Kaoru —Esta bien, tendrás tus motivos, Kaoru Onii-chan.— terminó cediendo, no sin poner una cara de mal humor.



Murata entró en esa casa que le resultaba incomoda, demasiado grande, demasiado extraña, y a la que no estaba nada acostumbrado, como todo lo que veía desde que había dejado Hokkaido.

Caminó por la amplia sala hasta llegar al comedor donde estaba un plato con comida caliente, y aunque no tenía mucha hambre se sentó a comer.

—Bienvenido a casa, Murata-sama.— dijo la ama de llaves haciendo una reverencia

Él chico la miró.

—Gracias por la comida.— se levantó con el plato vacío pero antes de que hiciera algo, la mujer se lo quitó de las manos.

—No se moleste, nosotros nos encargaremos.— dijo con firmeza

—Iré a mi habitación.— Tomó su mochila y subió las escaleras. Sin querer, la ama de llaves lo había hecho sentir inútil.

Una vez dentro de la que era ahora su inmensa habitación, agarró él teléfono inalámbrico, que dejó aun lado en el escritorio, sacó uno de los libros y comenzó a hacer algunas de las tareas para mañana.

—Yasu.. es alguien agradable.— dijo para si mismo —Lo único agradable de este lugar.—



Un nuevo día y los alumnos se dirigían con paso veloz a sus salones, mientras que los que estaban ya dentro, iban tomando asiento en su respectivo lugar.

—¡¡Corre Toshiya!!— gritaba Die molesto —¡¿Cómo es que te quedaste dormido?!—

—Vamos, es Hide Oji-san(1) nuestra primer clase.— bostezó el peliazul. —Es culpa de Kaoru, hablamos mucho por teléfono ayer.—

—Dudo que nos haga el paro.— volvió a chillar Die, casi histérico.

—Igual es culpa de Kaoru, grítale a él.— se excusó.

Ambos llegaron al salón, y cuando trataron de abrir se dieron cuenta de que, Matsumoto-sensei ya estaba dentro, así que ambos suspiraron y pidieron un poco de compasión.

—Matsumoto-sensei, ¿nos permite la entrada?— pidió tímidamente Toshiya, asomando su cabeza.

Matsumoto-sensei los miró, ya había comenzado su clase y ellos le estaban interrumpiendo.

—Están concientes, de que él timbre sonó hace diez minutos, ¿cierto?— dijo serio

—Estamos concientes, Matsumoto-sensei, pero... ¿No puede hacer una excepción?.- dijo Die, nervioso —No volverá a suceder, se lo aseguro.—

El profesor les sonrío, y ellos le devolvieron la sonrisa.

—No, claro que no volverá a suceder.— dijo con la misma sonrisa


—Estas conciente de que voy a matarte ¿verdad Toshiya?— el pelirrojo dijo casi sin aire, mientras seguía corriendo.

—¡¡Ah, todo es culpa de Kaoru Onii-chan!!— Toshiya también seguía corriendo en la pista.

—“Hide Oji-san es nuestra primer hora, no pasa nada.”— lo imitó el pelirrojo.

—Ya déjame Daisuke.— gruñó molesto.

Más tarde, después de haber corrido durante las dos horas en que les tocaba Ecología humana, tocó el primer receso, y tanto Die como Toshiya estaban hambrientos, y exhaustos.

—¡¡Kaoru!!— gritó Toshiya, cuando vio a Niikura acercarse junto con Shinya y Kyo.

—¿Qué sucede?— inquirió extrañado él líder, sentándose al lado de Toshiya, pero sin verlo.

—Todo es tu culpa, líder.— lloriqueo el peliazul.

Todos le vieron extrañado, excepto Die.

—Si no hubiera sido por ti, Hide Oji-san no nos hubiera castigado.— añadió con reproche.

—¿Papá?— se extraño Kaoru.

—Llegamos tarde porque Toshiya se quedo dormido.— explicó Die. —Y Hide Oji-san nos hizo correr las dos horas de clase.—

Ante esa explicación, los recién llegados empezaron a reír sin parar.



Del otro lado del patio, alejados de todos, hablaban tranquilamente dos estudiantes.

—¿Ya pensaste que taller extra vas a elegir, Kirito?—

—¿Por qué sigues con eso?— dijo algo cansado.

—Porque si.— dijo sonriendo.

—No lo sé, supongo que el que sea estará bien.— se encogió de hombros.

—Oh, pero el taller que elijas tendrás que llevarlo hasta terminar la escuela.— dijo algo preocupado Yasu. —¿Elegirás así como así?—

—¿Qué me recomiendas entonces, Yasu?— se dio por vencido, sentándose bajo un árbol.

—¡Economía Domestica!— se sentó al lado de Kirito, quien puso mala cara —¿Qué?, tu me pediste una recomendación.— acusó

—¡¡Para un taller, no para hacer bombas!!— gruñó divertido, pero rápidamente borró ese semblante y puso uno serio —Olvídalo, no hagas preguntas Yasu, mejor dime otro taller.—

—Teatro, o tal vez el coro.— dijo un poco serio, como pensándolo bien.

—Coro...— murmuró.

—¿Eh?— Yasu lo miro extraño.

—Nada, probaré coro.— y sacó su iPod, dándole uno de los audífonos a Yasu.

—Esta bien.— sonrió y tomó el audífono. —Esa pista me gusta.— cerró los ojos.

—A mí igual.— susurró, mirando el gran reloj que había en la escuela.



Edificio 2-B. Aula 304. Taller de Psicología.

—Niimura-san, conteste la pregunta.— la voz del profesor logró sacarlo de su sueño.

—¿Disculpe?— su voz estaba algo adormilada, a esa hora el quería dormir.

—Conteste la pregunta que le he hecho, o encamínese a la oficina del director.—

Sintió un codazo por su lado derecho, y miro discretamente al miserable que lo había hecho y cuando lo vio, no pudo más que sonreír al ver la respuesta en el cuaderno de uno de sus amigos

—El ello o id son los impulsos, los deseos y los desbalances; el yo o ego es el balance y el súper-yo es la moral, la conciencia y las reglas sociales.— dijo de pie.

—Muy bien, Niimura-san, siéntese.— asintió con la cabeza el profesor, complacido.

Niimura-san tomo asiento, molesto y somnoliento.

—Gracias, Shin-kun, ¿qué haría sin ti?— susurró agradecido.

—Darle muchos dolores de cabeza a tu padre.— bromeó, acomodando su cuaderno.

—Lo más seguro.— bostezó ligeramente. —Disculpa, no pude dormir muy bien.— murmuró.

—Esta bien.—

El Profesor volvió a retomar su clase, haciendo anotaciones en la pizarra, y dictando otras.

—Muy bien alumnos, la próxima participación consistirá en esto que acabos de ver, y en la tarea de investigación que les deje sobre trastornos de la personalidad.— él profesor termino de decir, justo cuando el timbre sonó.

Los alumnos esperaron ansiosos.

—¿Alguien tiene alguna duda?—

Sólo un alumno levanto la mano, y el profesor le indico que hablase.

—¿Cuándo se aplicara la participación?— dijo Terachi-san.

El profesor sonrío antes de responder.

—El viernes. Muy bien, pueden retirarse.—

—Kyo, es hora, ya terminó la clase.—

—¡Ya era hora!— gruñó estirándose, saliendo del salón —¿En que pensaban cuando nos pusieron talleres extra de 1:30 a 3:30?— volvió a bostezar.

—No sé.— se encogió de hombros.

—¡¡Y hay que caminar hasta el otro lado del edificio!!— siguió quejándose.

—Kyo, ¿por qué dormiste mal?— preguntó curioso.

—¿Por qué más?— señaló su brazo vendado. —Cumplía mi castigo.—

Shinya contuvo una risa, no sucediese que Kyo lo tomara como una ofensa.

—Lo siento Kyo, no quería reírme.— llevo las manos a su boca, escondiendo su sonrisa.

—No importa.— suspiró y miro hacia los jardines —Shin-kun, ¿ese no es el grupo de nii-san?—

Shinya también volteo a donde Kyo le indicaba.

—Ah, creo que si... mira, tienen Ecología, ahí esta Matsumoto-sensei.—

Kyo puso mala cara al oír el nombre, y no es que él odiara a su padre adoptivo, porque no tenía otro nombre con el cual llamarle, si no que en ese momento era la ultima persona a quien quería ver. Kyo suspiró y sus ojos brillaron cuando vio al chico de nuevo ingreso, que estaba ayudando a otro chico en una de las jardineras.

Niimura se quedo de pie, mirándolo.

—Kyo, ya casi se nos acaba el tiempo para llegar a nuestra próxima clase.— Shinya jalaba a Kyo, que oponía resistencia.

—Adelántate Shinya.— se quejó.

—Nada de eso, además, nos toca deportes ¡con Kawamura-sensei!— presionó, logrando que Kyo comenzara a caminar.



Mientras tanto, con el grupo del 4-4, la mirada de Kyo no había pasado desapercibida para Kaoru, ni para Murata-san.

—¿Por qué me estaba viendo ese?— gruñó molesto.

—No lo sé.— se encogió de hombros Yasu, mientras seguía buscando algunas plantas. —¿Cuál falta, Ki-chan?—

—Algo trama, no me agradaba su mirada.— señaló, para luego mirar a Yasu —Ah, creo que ya son todas.— miró la hoja. —Y no soy paranoico, así que deja de pensar eso.—

—Sí tu lo dices.— sonrió culpable. —¡Ah, que bien! Mi espalda me esta matando.— dijo, poniendo un puchero que logró hacer reír a Murata.

Kaoru suspiró, mientras la chica a su lado simplemente no dejaba de hablar de algo que no entendía, y tampoco le interesaba.

—Niikura-kun, Niikura-kun.— chilló la joven, al sentirse ignorada.

—Ah, dígame Hamasaki-san.— contestó algo cansado.

—¿Qué nos falta?— preguntó, sonriendo tiernamente, para agregar —Por cierto, ¿le han dicho que se ve muy guapo hoy?— sus mejillas se enrojecieron.

Kaoru sonrió algo forzadamente, mirando la lista.

—Sólo nos falta esta, la Kalmia.— suspiró, mientras buscaba la flor, y volvía a ignorar a la chica que no dejaba de hablar.

Matsumoto-sensei, sonrío satisfecho mirando su reloj.

—Muy bien se acabo el tiempo, volvamos al salón.—

Muchos alumnos hicieron protesta, no habían terminado, pero aun así tomaron sus útiles.

—Vamos, tomamos más de la hora que les dije.— contestó el profesor.

Todos caminaron al salón, algunos más contentos que otros, algunos en silencio mientras otros murmuraban cosas sobre “muy poco tiempo”.

Kaoru suspiró, sin prestarle mucha atención a nada, simplemente pensando en esas miradas que Kyo había dirigido a Murata, su paciencia comenzaba a llegar al limite con demasiada rapidez.

—Más le vale al enano no acercarse a él.— susurró para si mismo, entrando al salón, pensando en que, de seguir la situación así, tendría que hablar seriamente con su hermano menor.



Edificio 3-A. Aula 400. Clase de Álgebra.

—Muy bien, comiencen a resolver la hoja de participación.—

—Si, Kitamura-sensei.— dijeron a coro los alumnos, desganados.

—Die.— susurró Toshiya, pero fue ignorado. —Die.— volvió a intentar.

—¿Qué?— dijo en el mismo tono el pelirrojo.

—Respuesta de la pregunta siete.— lloriqueó.

—Hazlo tú mismo.— gruñó, volviendo a ignorarlo.

—Pero, pero Die.— gimió Toshiya.

—¿Hara-san, sucede algo?— inquirió el profesor.

—Ah.. no Kitamura-sensei.— dijo muy serio, aunque estuviera temblando por dentro

Kitamura-sensei le creyó.

—No es justo.— volvió a lloriquear cuando el profesor se alejó. —De que me sirve que este Die cerca sino me pasa las respuestas.—

—Pues estudia.— gruñó Die.

—Sólo es la siete.— hizo un puchero.

—Hara-san.— volvió a llamar el profesor —Siéntese en el escritorio o entregue su examen y salga.—

Toshiya suspiró resignado, se sentó en el escritorio del profesor, mientras se quebraba la cabeza para poder terminar ese ejercicio de veinte preguntas. Pero realmente no estaba nada concentrado, tenía un sueño horrible por haberse dormido tan tarde y un dolor de cabeza que le hacia querer llorar.

Finalmente, el timbré de salida se escucho.

—Quien vaya entregando su hoja de participación puede ir saliendo.— dijo, y agregó —Y no olviden lo que encargue de tarea.—

Hara-san y Ando-san entregaron al profesor su respectiva hoja y salieron del aula.

—Al fin, creí que nunca darían las 5:30.— dijo Die.

—Yo igual.— le siguió Toshiya. —Aunque conste, sigo molesto contigo Ando.— refunfuñó.

Daisuke suspiró, ese, definitivamente, no había sido su día. Y a juzgar por el semblante taciturno de su amigo, ese examen sorpresa había sido la cereza del pastel. Un día malo desde principio a fin.



Edificio 3-A. Aula 302. Clase de Química.

—Muy bien chicos, eso es todo.— Amuro-sensei sonrió. —Pueden salir.—

—Vamos Ki-chan, prometiste acompañarme a esa pastelería.— Yasu prácticamente estaba en el cielo.

—Recuérdame no apostar contigo, Yasu.— sonrió algo avergonzado.

—Esta bien, claro. ¡¡Pero primero mi pastel!!— Yasu seguía en lo suyo.

Murata-san siguió a Yasu, que iba bastante adelantado.

—¡Murata-san!— gritó Kaoru, sin embargo no fue escuchado. —Ya que, se lo devolveré mañana.— pensó mientras guardaba el cuaderno que Murata había olvidado.



Habitación de Kaoru.

—Nii-san, Hide dice que vengas a cenar.— entró abriendo la puerta despacio. —¿Nii-san estas en el baño?— preguntó al no ver a Kaoru, hasta que algo llamó su atención. —¿Qué es esto?— tomó el cuaderno entre sus manos, lo abrió y comenzó a leer.

“Propiedad de Murata Shinya.”

—Murata-san.— Kyo susurró para si mismo, sorprendido.

—¿Kyo, qué haces aquí?— preguntó Kaoru saliendo del baño, con el cabello mojado.

Rápidamente guardó el cuaderno entre su ropa.

—Hide dice que bajes a cenar.—

—Ah, enseguida bajo.— sonrió.

—Me voy, líder.—

Kyo salió corriendo a su habitación con una sola idea en mente: Murata Shinya será mío.







Notas:

1.- Puse que, Kaoru es hijo de Hide. Y Toshiya le dice “tío” porque, es muy amigo de Kaoru, así que, según la costumbre, es común llamarles “tío” o “tía” a los padres de tus mejores amigos ^^

Tooru Niimura es Kyo
Kaoru Niikura es Kaoru
Toshimasa Hara es Toshiya
Daisuke Ando es Die
Shinya Terachi es Shinya
Hiyashi Yasunori es Yasu (Jane da arc)
Murata Shinya es Kirito (Pierrot)

2008.03.12
2008.03.12

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